A 65 años de una tragedia inolvidable: El atentado al DC-3 de LAV en Calabozo (1960)
Recordamos uno de los incidentes más trágicos y reveladores en la historia de la aviación venezolana y la seguridad aérea: el atentado contra el Douglas C-47B (DC-3) de Línea Aeropostal Venezolana (LAV), matrícula YV-C-AFE, ocurrido un jueves 28 de abril de 1960.
Aquel fatídico día, a las 08:22 AM, el YV-C-AFE despegó del Aeropuerto de Maiquetía (hoy Aeropuerto Internacional Simón Bolívar) en Caracas, iniciando lo que debía ser el primer tramo de un vuelo de rutina hacia Puerto Ayacucho, con escalas programadas en Calabozo, San Fernando y Puerto Páez. Sin embargo, al aproximarse a Calabozo, a unos 15 kilómetros de la ciudad, el vuelo tomó un giro devastador.
La Explosión en Cabina y el Desenlace Fatal
De manera repentina, una explosión sacudió la aeronave. El control se perdió de inmediato, y el venerable DC-3 se precipitó a tierra, quedando completamente destruido. Lamentablemente, no hubo sobrevivientes; los 13 ocupantes a bordo, incluyendo a la tripulación y los pasajeros, perdieron la vida en el acto.
La posterior investigación del accidente fue concluyente. No se encontraron evidencias de fallas mecánicas, estructurales o problemas de mantenimiento que pudieran haber provocado el siniestro. La causa probable fue inequívoca: "El accidente fue causado por la explosión de un artefacto." Se determinó que un dispositivo explosivo había detonado en la cabina de vuelo, categorizando el incidente como un acto de "Interferencia Ilícita" (Unlawful Interference).
Un Precedente para la Seguridad de la Aviación
Este trágico suceso marcó un antes y un después en la percepción de la seguridad en la aviación civil venezolana. En una Venezuela que apenas comenzaba a consolidar su democracia tras la dictadura de Pérez Jiménez, este acto de sabotaje puso de manifiesto la vulnerabilidad de las aeronaves ante intenciones criminales o políticas.
El atentado al YV-C-AFE nos recuerda la importancia vital de los protocolos de seguridad que hoy son estándar en los aeropuertos y durante los vuelos. La inspección de equipajes, la seguridad en las zonas de acceso restringido, el control de personal y la vigilancia constante son medidas que, aunque hoy damos por sentadas, son el resultado de lecciones aprendidas a un costo humano altísimo.
Desde Avsec Venezuela, rendimos homenaje a las víctimas de esta tragedia y reafirmamos nuestro compromiso con la promoción de las mejores prácticas de seguridad aérea. Que este recuerdo sirva como una constante advertencia de la necesidad de mantenernos vigilantes y de seguir innovando en protección y prevención para garantizar que el cielo sea siempre un espacio seguro para todos.
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