Seguridad aérea: Dos pilares de confianza que nos protegen en cada vuelo
Cuando abordamos un avión, la seguridad es un tema que damos por sentado. Esta tranquilidad no es un accidente, sino el resultado de un inmenso andamiaje de cooperación internacional. En este mundo interconectado, la seguridad de nuestros cielos se construye con la colaboración de dos gigantes: la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Organización de los Estados Americanos (OEA). Entender sus roles nos ayuda a apreciar mejor el sistema que nos cuida.
La OACI: El arquitecto de las reglas globales
Imagina que la seguridad aérea fuera un deporte mundial. La OACI es, sin duda, la federación que establece las reglas del juego. Como organismo especializado de las Naciones Unidas, su misión es crear las normas y regulaciones globales que todos los países miembros deben seguir.
Sus herramientas principales incluyen:
* Normas y Métodos Recomendados (SARPS): Estas son las pautas técnicas que abarcan todo, desde el diseño de aeropuertos hasta los protocolos de seguridad. El famoso Anexo 17 es el documento clave que establece los estándares de seguridad de la aviación.
* Programa Universal de Auditoría de la Seguridad de la Aviación (USAP): Este programa es el "árbitro" de la OACI. A través de auditorías periódicas y rigurosas, la OACI evalúa si los países están cumpliendo de manera efectiva con sus estándares de seguridad. Es un mecanismo de control de calidad esencial para la aviación mundial.
En esencia, la OACI nos dice qué debemos hacer para tener un sistema de aviación seguro.
La OEA: El entrenador y facilitador regional
Si la OACI establece las reglas, la OEA, a través de su Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE), actúa como el "entrenador" regional. Su programa de seguridad en la aviación no se enfoca en crear nuevas reglas, sino en ayudar a los países a aplicarlas.
El programa de la OEA es práctico y directo:
* Capacitación especializada: Ofrece talleres y cursos para fortalecer las habilidades de los funcionarios de seguridad en temas específicos como amenazas internas o seguridad de la carga.
* Transferencia de conocimiento: Facilita que los países de la región compartan sus mejores prácticas y aprendan unos de otros.
* Fortalecimiento de capacidades: Ayuda a los países a construir las bases para poder implementar y sostener un programa de seguridad robusto, alineado con las normas de la OACI.
Es decir, la OEA nos muestra cómo cumplir con las reglas globales, ayudando a los países a prepararse para las auditorías de la OACI y, más importante aún, a enfrentar las amenazas reales.
La sinergia en acción: Un enfoque de dos niveles
La seguridad aérea es un ecosistema que funciona mejor cuando estos dos niveles se complementan. La OACI proporciona el marco de referencia y la supervisión global, asegurando que todos los países jueguen bajo las mismas reglas de seguridad. Por su parte, la OEA proporciona el apoyo regional y la capacitación necesaria para que los países puedan alcanzar esos estándares globales.
Esta sinergia es vital. Nos recuerda que la seguridad de un solo vuelo depende de una cadena de cooperación que va desde la regulación global hasta la aplicación práctica en cada aeropuerto. Es un sistema diseñado para mantener a todos a salvo, sin importar a dónde vayamos.
Referencia:
OEA: https://www.oas.org/ext/es/seguridad/terrorismo-aviacion

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